Qatar, como local, conquistó por segunda vez consecutiva la Copa de Asia gracias a un Akram Afif brillante, que firmó un triplete ante Jordania.
Tres penales transformados por Akram Afif que él mismo provocó, dieron el triunfo ante Jordania a Qatar, que revalidó la corona de la Copa Asia que logra por segunda vez en su historia.
Hizo magia Akram Afif, convertido en el máximo anotador de la competición con ocho goles en siete partidos. El delantero del Al Sadd fue el héroe de la selección anfitriona que celebró su ‘hat-trick’ de penal a lo grande. Tras marcar el primero se dirigió a una de las cámaras y sacó unas cartas de una de sus medias, mostró una de ellas y, emulando a un mago, la cambió por otra.
Después de hacer el segundo, que deshizo el empate y que acabó por suponer la victoria qatarí, hizo algo similar, pero desveló el truco al mostrar las dos caras de del naipe. Fue la manera de celebrar su histórica jornada, la que puso a Qatar a la altura de Japón (2000 y 2004), Corea del Sur (56 y 60); Irán (68, 72 y 76) y Arabia Saudita (84 y 88), las otras selecciones que consiguieron revalidar la corona asiática.