El inicio era trepidante y era un ensayo ideal pues a esa velocidad se jugará la Copa América. Pero como siempre, la diferencia la hace el que para y piensa: lo hizo James a los 6 minutos, ubicando el espacio en el área por la derecha, justo ahí donde aparecía el veloz hombre del Fluminense para aprovechar la vacilación defensiva y meter el remate seco arriba que abría la cuenta en Maryland.
Pero se salvaba en la siguiente acción Colombia, cuando Dávinson atravesaba la pierna y evitaba de pura fortuna el penalti.
Uribe a los 16 y Borré a los 17 fallaban en la puntada final pero aparecían para meter más presión en un equipo estadunidense que no despertaba, especialmente cuando a los 18 aparecía en una maniobra espectacular, el centro de Arias fue a la cabeza de Lerma y de ahí bajó al barranquillero, quien de chalaca resolvió y celebró, con baile incluido, junto a Díaz. Dos llegadas claras, dos goles. Imposible no ilusionarse.
Reaccionaba Estados Unidos con Robinson y Weah pero Uribe, Dávinson y Lucumí neutralizaban sus intentos, bastante tímidos por demás. En cambio Colombia cerraba con un par de llegadas, la última un balón que superó a Díaz en el medio del área y le quedó a Uribe, quien cabeceó desviado.
Arrancó, como se esperaba, Estados Unidos con sus líneas muy adelantadas y se defendían los de negro desde el arranque con el cabezazo apenas elevado de Wright, el aviso del descuento, que era obra de Weah, a los 58 minutos, en una acción en la que se confundieron -y se estorbaron- Mojica y Lerma. Ya Ríos ocupaba el lugar de Uribe, de buen trabajo en el primer tiempo y era momento de ajustar las piezas.
Reaccionaba de nuevo Colombia y se animaba en un tiro de Luis Díaz a los 60, que misteriosamente pegó en el palo y, en vez de entrar de carambola, salió rebeldemente de la raya; mismo final del remate frontal de James, en el mano a mano con el portero Turner, que salvó de manotazo el norteamericano. Se irían los autores de los goles, Borré y Arias, para dar paso a Carrascal y Durán.
En la primera pelota que tocó el recién llegado Quintero, quien reemplazó a James a los 70, se sacó dos marcas y metió un remate que le salió elevado. Pero de ahí en más vino su show.
Una linda acción de Richard Ríos, acompañando la jugada y aprovechando el pase de Sinisterra, trajo alivio. Y después Quintero se apuntó doble asistencia: primera a Carrascal para el 4-1 y luego a Sinisterra para el 5-1 final.